¿Por qué escribir?

Es una pregunta que me han formulado en varias ocasiones, quizás con otras palabras. Seguramente todo escritor y escritora ha pasado por una pregunta semejante al menos una vez en su vida. Pero, ¿y tú?, ¿te lo has preguntado para tus adentros antes de escribir una palabra?

En este post me gustaría ofrecer una reflexión sobre la escritura desde mi punto de vista como psicólogo, como escritor y como una voz libre sumada a la comunidad.


En la actualidad, por observación y sentido común, nos encontraremos con escritores pasionales con mayor o menor probabilidad de éxito comercial y con escritores comerciales con mayor o menor probabilidad de éxito. En cualquiera de los casos siempre podemos encontrar un libro que nos agrade y nos satisfaga en lo que estábamos buscando.

Ahora bien, ¿qué camino elegirías para convertirte en escritor? Es tentador llegar a ser una celebridad en el mundo de la literatura para ganar el dinero suficiente y tener "la vida perfecta". Siempre se puede encargar el trabajo a un anónimo, cometer fraude o incluso vender la libertad de tu imaginación para escribir aquello que los comerciales consideran que tiene mayor probabilidad de ventas.

Puedes hacer cualquiera de esas cosas u otras que no haya mencionado y conseguir el éxito si es tu meta, pero seamos sinceros: ¿Te sentirías bien contigo mismo? ¿Tu Yo interior estaría satisfecho? ¿Merece la pena sacrificar tu talento real por un bien material? Aunque intentes autoengañarte fingiendo que sí, sabemos que tarde o temprano tendrías una sensación de vacío y/o de culpabilidad porque en el fondo tu consciencia te estaría recordando que has oprimido lo que realmente hubieses querido escribir.

Recuerdo cuando empecé a escribir mi primera novela a mis 12 años y cuando terminé "Ýdram, Reino de Dioses I" en el 2013. Nunca tuve la idea de publicar nada de lo que escribía. Simplemente era feliz con plasmar aquello que recreaba en mi imaginación para luego contarlo a personas de mi entorno cercano. Fue entonces cuando una de esas personas me animó a publicar y lo hice. 

Tuve mis miedos (y seguro aún los conservo), en especial a las críticas de personas que pudieran leer mi novela y que no fueran mis conocidos. Sin embargo, por encima de mis miedos siempre mantuve firme mi idea: Soy dueño de mi imaginación y por consiguiente escribiré lo que me apasiona, nada ni nadie me va a privar de esa libertad. No soy un "Best Seller" y tampoco es mi meta, pero puedo sentirme orgulloso y satisfecho de mis creaciones, de poder compartirlas con todo el mundo y, en especial, de saber que mi novela ha transmitido sensaciones tanto a conocidos como a desconocidos.

Y esto es lo que me gustaría transmitir a las personas que escriben. Sé tu mismo/a, sé libre y expresa lo que llevas dentro. No hay mayor riqueza que la que llevamos dentro, porque si eres feliz en tu interior, harás que todo tu mundo gire alrededor de esa felicidad. Ten presente tus miedos, pero para afrontarlos y recordarte cada día que tuviste el valor de escribir lo que te gusta (y esto también lo puedes aplicar a otros aspectos de tu vida). 

Esa es la gran diferencia entre un escritor pasional y un escritor comercial. El primero piensa en disfrutar con cada página que escribe y espera transmitir sus sensaciones más profundas a otras personas con las que puede congeniar. El segundo probablemente piensa en usar las técnicas adecuadas para llegar al mayor número de personas posibles y convertirse en "Best Seller". ¿Cuál es la verdadera riqueza y cuál quieres alcanzar? ¡Tú eliges!

Otros motivos por los que escribir...


1. Escribir implica que tendrás que realizar un mínimo de esfuerzo para planificar y organizar tus ideas. Tal vez no lo creas, pero eso te ayudará en otros proyectos de tu vida como un trabajo de clase.

2. Despertará tu interés por conocer nuevas palabras, nuevos sinónimos, expresiones, etc. Así enriquecerás tu vocabulario y tus conocimientos. No tengas miedo de usar el diccionario, nadie nace hablando un lenguaje exquisito.

3. Aprenderás a sacrificarte y a ser perseverante. Incluso para escribir un relato corto necesitarás tiempo, dedicación y esfuerzo, así que imagina eso multiplicado por diez si escribes una novela larga. Tardé 1 mes y medio en escribir "Ýdram, Reino de Dioses I" con sus 532 páginas en formato editado (en otro post te contaré cómo fue la experiencia). Tu novela depende de ti y del punto hasta el que quieras llevarla. Esa perseverancia la adoptarás en otros aspectos de tu vida y serás capaz de conseguir lo que te propongas.

4. Al escribir estarás estimulando tu memoria. Piensa en todos los detalles de tu historia que tendrás que recordar una y otra vez, las conexiones de lo que escribes ahora con lo que escribirás en la última página, el origen de todo tu vocabulario, etc. Y si hablamos de trilogías o sagas ya ni te cuento. Con los años vamos padeciendo deterioro cognitivo, pero un entrenamiento de la memoria como este te ayudará a ralentizar ese proceso.

5. Desarrollarás habilidades lingüísticas. Yo el primero, me enredaba intentando explicar de forma escrita ideas complejas. Cuanto más practicaba, más fácil me resultaba explicarme. No hay que desanimarse por no conseguirlo a la primera, ni a la segunda ni a la quinta. Practica, mejorarás tu estilo y el resultado te beneficiará en otros campos lingüísticos.

6. ¡Vas a disfrutar con tu imaginación como nunca! No hay nada como ser libre y expresar todo lo que el don de la imaginación nos permite. Te vas a reír, pero leerás tu obra y te dirás "¡Wow! ¡Ni que lo hubiesen escrito pensando en mí!"; y eso es porque también escribes buscando aquello que otras obras no te ofrecen. Te sentirás satisfecho y te darás cuenta de que solo tú decides sobre los límites de tu imaginación y solo tú tienes el poder para ofrecerte lo que nadie más puede. ¡Aprovéchalo y enriquécete! 

Seguramente se me ocurrirían más motivos por los que escribir, pero te animo a que los descubras por ti mismo/a y a que los compartas. Espero que este post te haya aportado algo positivo y que te haya picado el gusanito y te pongas a escribir con pasión. ¡Exprésate sin miedo!

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